“Nos sentimos orgullosos de poder llegar a esta instancia donde miles de trabajadores de la educación van a poder acceder a la estabilidad laboral”. Con un breve discurso, la ministra de Educación, Elida Rasino, abrió formalmente el proceso de titularización que brindará estabilidad laboral a unos 10.000 docentes de escuelas secundarias, técnicas y Eempas de la provincia.
El ofrecimiento de cargos y horas cátedra comenzó hoy, a las 8, en el estadio cubierto del Club Unión, y se extenderá hasta el 19 de febrero. Es la etapa final de uno de los concursos de ingreso a la docencia más complejos y esperados, ya que la última convocatoria destinada al nivel medio fue en 1991. Luego, salió la denominada “ley Rébola” de 2001 que titularizó en forma directa, y sin concurso.
Rasino consideró que garantizar la estabilidad laboral a tantos educadores significa un “salto cualitativo” en este nivel de enseñanza. “El secundario logra así la jerarquía que tiene que tener en base a que su personal está organizado y con el respaldo que todo trabajador necesita para cumplir con su tarea tranquila y responsablemente”, señaló.
A su entender, este concurso salió “lo mejor posible” porque “luego de décadas donde ha habido tanta discrecionalidad en el manejo de cuestiones sensibles como es la situación laboral de la gente, el tránsito hacia una situación adecuada y ordenada nunca es sencillo”. Aseguró, de todos modos, que se trabajó “responsablemente” y “con absoluta justicia”.
Durante la etapa recursiva, hubo más de 1.000 reclamos por errores en la confección del escalafón. También se presentaron varios recursos de amparo, lo que provocó el pedido de “suspensión” de todo el concurso por parte de Amsafe Rosario, reclamo que no encontró eco. A toda esta situación, se debe sumar la ansiedad propia por los movimientos del plantel docente que se generarán al interior de las escuelas, y el malestar de muchos suplentes e interinos que perderán cargos y horas cátedra.
Entre la alegría y la decepción
La cantidad de años sin una convocatoria a concurso de ingreso para escuelas medias y técnicas, y el gran número de docentes que aguarda por una titularidad (18.000 personas se inscribieron al concurso) provocaron una situación paradójica.
Por un lado, en el Club Unión había muchos docentes que festejaban hasta las lágrimas haber accedido a una titularidad, lo que significa dejar de estar “interino” para pasar a ser “dueño” de las horas en las que estaba al frente.
María Celina Oropel fue una de las primeras en obtener su cargo, que es de bibliotecaria en la escuela Nº 455 de Esperanza, donde se desempeña desde hace 11 años. “Estoy muy feliz de lograr esta estabilidad después de tantos años de ser suplente e interina, sobre todo porque soy el sustento de mi familia”, dijo a El Litoral.
A su lado, Silvina Manera, apenas podía hablar de lo emocionada que se sentía. “Titularicé en una prosecretaría en el Eempa Nº 1236 de Ceres. Hace 20 años que estoy en la docencia y es la primera vez que accedo a la titularidad. Estoy muy feliz”.
Por otra parte, había docentes que perdieron su puesto porque alguien con mayor antigüedad quedó antes en el escalafón y ocupó su lugar. Es el caso de una docente con 22 años de servicio en el sistema educativo, que lloraba desconsolada porque una colega que, según ella no debía haber quedado primera en el escalafón, la había corrido del cargo de prosecretaria.
Cabe aclarar que hoy en Santa Fe y mañana en Rosario se realiza el ofrecimiento de 1.026 cargos vacantes (prosecretario, preceptor, bibliotecarios, directores de curso, maestros de enseñanza técnica o práctica, entre otros). En tanto, a partir del viernes y hasta el 19 de febrero, se estableció un cronograma para ofrecer las 76.000 horas cátedra en juego. Ésa será la etapa de mayor complejidad y quizá de mayor reclamos, ya que un mismo docente tiene horas dispersas por varias escuelas.
“No hay cultura de concurso”
“La cuestión de fondo es que un docente que hace años que es interino cree que sus horas ya le pertenecen. Pero, en realidad, esa situación de suplencia o interinato es inestable hasta tanto llegue el docente con una titularidad”, justificó Rasino.
La funcionaria adujo que el problema en el nivel secundario es que “no hay cultura de concurso porque hace décadas que no se hace, sino que se daban convalidaciones de situaciones de hecho”.
Añadió que “un concurso supone una cantidad de vacantes y establecer determinados criterios en cuanto a los requerimientos para acceder a esos puestos. Acá se computaron tres cosas: antigüedad, título y pertenencia, y hubo que competir. Los que reunieron esos requisitos podrán lograr un cargo y aquellos que no, deberán entender que esta no es su oportunidad y será la próxima”.
/// EL DATO
Camino
Sonia Alesso, secretaria general de Amsafe, estaba presente en el Club Unión y dijo que “hasta ayer estuvimos trabajando para solucionar todos los planteos docentes y resolvimos la mayoría”. Destacó que “para nosotros es importante que después de 20 años podamos tener un concurso de estabilidad de los docentes del nivel secundario, sobre todo porque la ley Federal cambió la nómina de materias y ajustó en la escuela técnica”. Alesso aseguró que este concurso es “un logro gremial” y consideró que es “el inicio de un camino” dado que el año que viene deberá haber un nuevo concurso, donde podrán titularizar los que queden afuera en esta oportunidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario