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sábado, 7 de marzo de 2009

Un calendario de crisis.




En primer lugar nadie duda que la democracia es un sistema pefectible pero es el mejor de todos los sistemas. Si hablamos de una democracia de "proximidad", democracia "cerca de la gente y con la gente" estamos aprendiendo. En consecuencia los mandatos entre cada elección y elección deben ser respetados y se deben cumplir, en eso estamos todos de acuerdo. Pero los días que vienen para transitar en Coronda hasta el 2011 no serán nada sencillos, sin expectativas y con una gestión municipal que no reacciona ni abre las puertas para la construcción entre todos.




“Que el árbol no tape el bosque.”

El conocimiento popular muchas veces dado a conocer a modo de frases viene bien para iniciar este comentario. El título de esta nota es muy conocido y claramente se hace referencia la necesidad de no detener nuestra mirada en aspectos menores de un problema determinado. Ya que lo verdaderamente importante, lo central no siempre se discute y hasta se pierde de vista.
La administración pública en la ciudad de Coronda está en CRISIS. Esta es una afirmación que no resiste análisis alguno. Los indicadores de la crisis son concretos y se pueden observar a simple vista (falta de pago de sueldos en tiempo y forma, falta de pago a proveedores, falta de servicios en forma eficiente).
Aquí se presenta un segundo interrogante, la pregunta sobre la causa o las causas de la crisis. Y aquí empiezan a opinar más personas, con conocimiento y sin ellos. Oficialmente se responde: no hay recursos, son insuficientes y la forma más simple de explicar la falta de recursos se hace responsabilizando en primer lugar a factores externos al municipio. Por ejemplo: el gobierno de Hermes Binner “no nos permite gobernar y nos discrimina”, o “el senador no ha colaborado como debía hacerlo”, “la crisis de EEUU nos afecta directamente” y otras tantas descabelladas ideas que con mínima información se pueden negar.
El segundo paso de la Administración Naón que tanto se identifica con la transparencia y la eficiencia reconociendo que en cinco años “siempre se pagaron los sueldos en tiempo y forma”, hoy no sabe como salir del problema. Y ya se busca otro tipo de responsables dentro de la vida urbana: “las vecinales no nos entienden”, “los concejales no me ayudan”, “los empleados municipales no colaboran”, “me quieren destituir”, “si alguien tiene la solución, damos un paso al costado” y así la larga lista continúa. Pero esto tampoco da resultado alguno.
La crisis es visible y concreta, el abandono de la vida urbana es grave (calles intransitables, falta de mantenimiento y limpieza, medidas de fuerza por parte de trabajadores municipales en aumento – más de 70 días de acciones de rechazo y protesta- crecimiento de malezas como no se ha observado en tiempo, y la ruptura de la cadena de pagos y cumplimientos).
¿cuánto tiempo perdurará esta crisis? Aquí es donde aparece una tercera pregunta. La crisis es terminal, solamente es cuestión de días o meses. Pero no se trata de una persona o un grupo de personas, estamos en una crisis que arrastra a una ciudad toda. Por que lo que está en “terapia intensiva” es un modelo de gestión que nunca asumió su responsabilidad en la administración pública. Los errores cometidos se deben asumir, si miramos para atrás (desde 1983 hasta la fecha) los apellidos son los mismos pero en distintos lugares, ayer concejales hoy secretario de un área, ayer intendente hoy asesor, y así no hay pueblo que aguante. En realidad lo que se agotó es una forma de gobernar que debe asumir un mismo partido en el gobierno en Coronda.
Una versión del “justicialismo” que muy poco ha demostrado en función de los principios rectores de este movimiento histórico iniciado en 1946. La democracia es libertad, y es poder elegir, y si hoy tenemos lo que tenemos es por que nos hemos equivocado en la elección de nuestros dirigentes. Lo que viene para la ciudad no es nada bueno, llevará sacrificio y dolor, pero es la única forma de entender que hemos llegado a un camino sin salida, sólo una. Cambiar de rumbo, con memoria de aquellos que ya deben dejar la función pública con algo de dignidad. Incluso la oposición deberá madurar y comprender que los comportamientos egoístas y personales no llevan a nada, más que a profundizar la crisis.
Hay soluciones, pero serán con sacrificio y solamente los corondinos decidirán si están maduros, si han entendido la gravedad de la crisis, si han podido ver el “bosque” y no se han quedado observando simplemente el árbol. Si entendieron que las cosas fáciles se han acabado, que es hora de asumir la mayoría de edad, que ya no hay nadie afuera de la ciudad “que nos proteja o nos quiera hundir”, “que hay una mano negra…” u otras cuestiones de esoterismo. Solamente los corondinos deberán asumir el desafío y entender que serán los propios corondinos los responsables de salir de la crisis.

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